LE NOTTI DEL TERRORE (1981)

Director: Andrea Bianchi

Guión: Piero Regnoli

País: Italia

Películas entretenidas hay cientos…. de zombis, hay por todos lados… y mal hechas millones, pero la única que reúne perfectamente estas tres cualidades es “Le Notti del Terrore”, conocida también como Burial Ground, Zombi 3 o Masacre Zombi, entre muchos otros nombres.

El profesor Ayres investiga unas antiguas catacumbas etruscas, su actitud delata que al parecer a revelado un importante misterio, tan misterioso que en ningún momento se nos explica de que se trata… La cosa el que profesor intenta romper a martillazos una pared de la catacumba, pero a los pocos segundos tiene decenas zombis saliendo hasta por debajo de las piedras, en un dos por tres se ve completamente rodeado de malhumorados muertos vivientes (a nadie le gusta que lo despierten con martillazos en la pared de su pieza), a pesar de que el profesor les intenta convencer de que “el es su amigo” (textualmente) los zombis no lo reconocen y obviamente se lo sirven ahí mismo.

Y no han pasado ni 5 minutos…

 

!Pero Juanito! !¿como no te acuerdas de mi?!

Por si no fuera suficiente que el terreno del profesor ya esté plagado de zombis putrefactos, al otro día llega una amenaza tal vez más dañina, un grupo de idiotas… compuesto por tres parejas y un ¿niño? que vienen a visitar al famoso profesor.

Ya en la casona del profesor, las parejas son recibidas por los mayordomos, al preguntar por el sabio hombre de ciencias, los criados les cuentan que no aparece desde ayer. Como a nadie le interesa la desaparición del caballero, las parejas se dirigen felizmente a sus alcobas con obvias intenciones de follar (no olvidemos que la película es italiana).

La primera señal de que acá algo anda mal (aparte de la dirección, guión, actuación y presupuesto) la dan los ataques de histeria de una rubia que dice tener “un mal presentimiento de todo esto” (¿pero de que? Si hasta el momento ni ella ni nadie ha visto nada), por suerte se calma antes de que le den unas bien merecida cachetadas…  otra cosa muy extraña son las pervertidas miradas del ¿niño? del grupo (verdadero elemento terrorífico de la película), como por ejemplo cuando luego de un inútil momento de suspenso (con música dramática y todo), aparece detrás de una puerta para interrumpir los momentos íntimos de su progenitora exclamando ¡Mama!”…(mientras el novio de la mujer lo mira como diciendo “a la primera oportunidad te trituro hijo de puta”).

Bueno, si vamos a enfrentar a una horda de zombis, 
por lo menos vistamos con estilo...

Ya es otro día y el dueño de casa todavía no aparece, pero como nuevamente a nadie le importa, las parejas parten a recorrer los jardines de la casona, para respirar algo de aire fresco y por que no, terminar follando entre las flores del jardín.

Este es el punto en donde uno piensa: “Puta madre, si la película se llama la noche del terror, supongo que tendré que aguantar a estos imbéciles mínimo hasta el crepúsculo”.  Nada más equivocados, porque en un inmenso acto de generosidad y nobleza hacia el espectador, los zombis deciden que, al igual que nosotros, no están dispuestos a esperar tanto tiempo para masacrar idiotas y se lanzan de inmediato en un ataque directo y sin rodeos contra los protagonistas. Este es el inicio de una bonita amistad, entre el espectador y los zombis, que para felicidad de todos, aumentará progresivamente a medida que avanza la película.

Como es de esperar los protagonistas deciden ocultarse en la casona donde mandarán a la criada a arriesgar su vida cerrando puertas y ventanas, a demás de atender a los nerviosos inquilinos con tesito caliente… una exquisita muestra de clasismo, que bien resumió mi amigo Hoscar en un sarcástico comentario al respecto; “no porque estemos rodeados de zombis vas a dejar de trabajar”. Como era obvio la criada a la primera ventana que intenta cerrar los zombis la asesinan brutalmente.

Otra virtud que notamos en nuestros pestilentes nuevos amigos, es que claramente son más inteligentes que sus víctimas (por kilómetros), ya que mientras los protagonistas se limitan a correr para cualquier lado como pollos sin cabeza, y a pesar de que hay como 4 autos disponibles profieren encerrarse en las casas a esperar que se llenen de muertos. Por otro lado nuestros queridos zombis se organizan en grupo, utilizan armas, escalan paredes y lanzan cuchillos con precisión milimétrica, unos capos.

Lo zombis se organizan en grupo para tumbar puertas.

Entre carreras, tripas, encierros y una inmensa dosis de estupidez por parte de las víctimas, presenciaremos la escena más terrorífica de toda la película. Cuando Michael, el ¿niño? de 12 años (que en realidad al momento de realizar la película tenia 27), aprovechándose del pánico intenta follarse a su madre, con manoseo de tetas y entrepiernas incluido!!

“Cuando era un bebé, siempre solías tenerme entre tus pechos”

“Amo tus pechos, mamá”

Por suerte la madre es más pudorosa y lo cachetea para que se le pase la calentura… más adelante veremos a Michael convertido en zombi y cumpliendo parte de sus fantasías.

De aquí en adelante la película se pone cada vez más gore, intensa y como no, estúpida, con los protagonistas tomando las decisiones más descerebradas posibles, como “abrir la puerta para que entren los zombis y escapar por otra”, un plan que, como cualquier persona con una pizca de sentido común supondría, resulta un rotundo fracaso.

 La mejor idea de la historia del cine...

Como ya era de costumbre en este tipo de películas de guión sólido y argumento potente, donde pareciera se va improvisando la historia a medida que avanza el rodaje, el final es tan o más huevón que el argumento, eso si, por suerte es un final feliz…

Gore, entretención, zombis y estupidez humana en cantidades industriales, es lo que nos espera en esta producción ochentena de muy bajo presupuesto (y sentido común).

Nada más entretenido que practicar tiro al blanco entre las 

invaluables antigüedades desenterradas por el profesor Ayres 

(y después preguntan por que los zombis están tan enojados)

¿Que mierda es Michael?

 Es el resultado de un macabro experimento donde se 

fusionaron los genes de Edgar Allan Poe y Dario Argento.

Los zombis se aburren de esperar y a los 15 minutos de 

película comienza la acción que no para hasta el final.

Zombi con nariz debajo del hueso...

Uno de los motivos por los cuales a los zombis se les terminó la paciencia, 

fue verle la cara de idiota de este tipo.

Frankenzombi

Spider zombi

 Dientes zombi

!Michael hasta de zombi es caliente!

zombis!!

Zombies, zombies!!!

Zombies, zombies, zombies!!!

ZOMBIEEEEES!!!

Don_fofo